Con la aprobación de la Ley de Startups y el auge del teletrabajo, cada vez son más los profesionales y empresarios que optan por constituir una Sociedad Limitada Unipersonal o SLU. En esencia, este tipo de sociedad mercantil comparte las características y tributos de la Sociedad Limitada al uso, con la diferencia de estar en propiedad de un único socio —en lugar de un grupo de socios— y la obligatoriedad de inscribir sus datos personales en el Registro Mercantil Central.
A grandes rasgos, los impuestos de una Sociedad Limitada Unipersonal son similares a los de una SL, siendo una modalidad que presenta claros beneficios para el titular en comparación con el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, a saber: una mayor independencia en la toma de decisiones o la protección del patrimonio personal en caso de que el negocio no llegue a buen puerto. No obstante, la fiscalidad de una SLU es sensiblemente más compleja que el régimen RETA.
Pero, ¿qué impuestos paga una Sociedad Limitada Unipersonal? Mientras que los trabajadores autónomos aplican un gravamen progresivo (el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas o IRPF, del 15 al 46%), la SLU afronta un impuesto fijo al 25% (el Impuesto de Sociedades). De manera excepcional, las sociedades de nueva creación pueden aplicar un tipo reducido, al 15%, mientras que las cooperativas aplican un impuesto del 20% durante su vida útil.
Dicho impuesto se rige por la última reforma fiscal, contenida en la Ley 27/2014 del Impuesto sobre Sociedades (LIS). Respecto a la Sociedad Limitada Unipersonal con trabajadores o con personal subcontratado, existe la obligación de aplicarles la retención del IRPF (Impuesto Sobre la Renta de Las Personas Físicas).
Además de los impuestos de una Sociedad Limitada Unipersonal, los empresarios en este régimen siguen una contabilidad más estricta que los autónomos. Aquellos están obligados a presentar un balance de cuentas anuales con arreglo al Plan General de Contabilidad, que regula la contabilidad de las empresas. Estos documentos incluyen el balance inicial detallado, el balance de comprobación de sumas y saldos y el inventario de cierre.
Por último, es necesaria la llevanza del Libro Registro del Impuesto de Valor Añadido (IVA), con las facturas emitidas y recibidas y los bienes de inversión, así como el Libro Registro de la Sociedad o Libro Registro de contratos (los trámites a seguir son, en este caso, idénticos a los de una SL convencional).
Expuestos los tributos y deberes de una Sociedad Limitada Unipersonal, los interesados pueden informarse de cómo pagar menos impuestos una sociedad limitada, sean SLU o SL.