España es un país con más de 1.155.000 sociedades de responsabilidad limitada. Pese a las dificultades, se constituyeron 77.541 sociedades durante el año de la pandemia. Para todas las empresas sujetas a esta forma jurídica, ahorrar en el impuesto de sociedades es un objetivo deseable; sin embargo, sólo una minoría se beneficia de los recursos legales existen para reducir su carga impositiva.
El impuesto de sociedades en España (IS) se define como un gravamen exclusivo para empresas y personas jurídicas residentes en territorio español. Generalmente, posee un tipo impositivo único, y su finalidad es gravar los rendimientos obtenidos por ellas durante el ejercicio fiscal. Un amplio espectro de sociedades mercantiles está sometidas a este impuesto: sociedades y entidades con personalidad jurídica, estatales, autonómicas, unipersonales, provinciales y locales; sociedades cooperativas y agrarias de transformación; agrupaciones estatales y europeas de Interés Económico; fondos de inversión mobiliaria, inmobiliaria, de capital riesgo, pensiones, etcétera.
A continuación se detallarán una serie de prácticas legales para disminuir el impacto del IS y evitar un sobrecoste fiscal, en respuesta a la cuestión central de cómo pagar menos impuestos siendo una sociedad limitada.
Ahorrar en el impuesto de sociedades, ¿es posible? 6 formas de lograrlo
Compensación de bases imponibles negativas
Para miles de pequeñas y grandes empresas, 2020 ha supuesto un duro varapalo; a falta de una recuperación económica más tangible y generalizada, muchas sociedades cerrarán el presente año con bases imponibles negativas. Compensarlas durante el siguiente ejercicio es una excelente forma de paliar la carga tributaria.
La presentación del Impuesto sobre Sociedades mediante el Modelo 200, que es una de las obligaciones fiscales de una sociedad limitada, posibilita este ‘ardid’ fiscal con dos franjas compensatorias: las empresas con bases imponibles negativas por encima del millón de euros (compensables hasta en un 60% con las rentas positivas de ejercicios futuros) y con bases negativas por debajo del millón de euros (compensables en un 100%).
Periodificar ingresos de servicios futuros
La periodificación de ingresos permite a las empresas pagar menos impuestos en una sociedad limitada. Su funcionamiento es simple: la facturación de determinadas sociedades mercantiles concierne a productos y servicios que no se realizarán hasta el siguiente ejercicio fiscal. Objetivamente, el ingreso correspondiente se emplazaría en la fecha de devengo, existiendo la posibilidad de trasladarlo al siguiente año. De este modo, se logra diferir el pago del IS, disminuyendo la tributación durante el presente ejercicio.
Deducciones en cuota sobre donaciones
Las empresas acogidas a esta forma jurídica pueden solidarizarse con causas sociales y economizar su carga tributaria al mismo tiempo. En efecto, con el actual tratamiento fiscal de las deducciones en cuota, es posible economizar hasta el 40% de la donación efectuada. No obstante, es importante que el destinatario de la donación pertenezca al régimen especial del mecenazgo (fundaciones, asociaciones declaradas de utilidad pública, federaciones deportivas españolas, etcétera), recogido en el artículo segundo de la Ley 49/2002, de 23 de diciembre. Con toda seguridad, una respuesta inesperada a la problemática de cómo pagar menos en el Impuesto de Sociedades.
Amortización de bienes
Reducir el valor de sus activos y pasivos en la contabilidad ayuda a pagar menos impuestos a las empresas. Para las sociedades de pequeña envergadura, la amortización de bienes es un mecanismo eficaz para reflejar las reducciones del valor y las alteraciones en el precio del mercado, que pueden ser drásticas en determinados bienes de consumo, y obtener a cambio un trato fiscal más justo y beneficioso. Este se logra mediante varios tipos de incentivos, como la libertad de amortización o la amortización acelerada. Para ampliar la información acerca de este recurso legal, es recomendable consultar a una asesoría fiscal en Madrid de prestigio.
Deducción de gastos en investigación y desarrollo
Los departamentos de I+D pueden suponer una ‘dentellada’ para el rendimiento de las sociedades mercantiles de sectores como el tecnológico y el farmacéutico. Sin embargo, cuando el gasto destinado a investigación y desarrollo implica un exceso sobre la media de los últimos dos años, pueden obtenerse deducciones de hasta el 42%. Sin reunir este requisito, no obstante, las empresas aún pueden deducirse el 25% del gasto. Por añadidura, la inversión en activos destinados a I+D son deducibles en un 8%, siempre y cuando la vida útil de los bienes se dedique enteramente a esta actividad.
Deducciones relativas a la atención al cliente
Aunque mínimas, las deducciones vinculadas a las relaciones públicas con proveedores y consumidores aportan su granito de arena a la eficiencia fiscal. Aquí figuran las promociones, los regalos y cualquier inversión similar que se destine a la atención al cliente o a los RRHH de la propia empresa. No obstante, la deducibilidad de estos gastos será posible con una condición: que en ningún caso sobrepasen en un 1% la cifra de negocios, es decir, el importe neto de la cifra de negocios.