Llevar las cuentas de la empresa no es una tarea fácil pues hay que ser un experto asesor fiscal para conocer todo lo relacionado con los impuestos y contabilidad que atañe un negocio. Las grandes empresas cuentan con departamentos propios pero en el caso de la pymes deben contar con la ayuda de un asesor físcal que les ponga al día de las últimas reformas y realice todas las gestiones con el fin de hacerles el trabajo mucho más fácil.
El empresario debe centrarse en los clientes y en las necesidades de estos por lo que las tareas administrativas debe delegar en un profesional como los asesores fiscales que se encargan de lo siguiente:
1. Altas y bajas en las gestiones tributarias de las sociedades y de las personas físicas.
2. Planificar y gestionar las obligaciones fiscales mediante la estimación directa y la estimación objetiva.
3. Presentación de Impuestos, asistencias ante una inspección fiscal, confección de solicitudes de aplazamientos.
Lo importante no es contratar los servicios de un asesor fiscal sin más sino el que poder contratar una asesoría que proporcione este servicio junto con otros de gran utilidad como por ejemplo los servicios laborales, los de contabilidad y jurídicos.
Por eso hay una serie de pasos que hay que seguir a la hora de elegir un asesor fiscal pues debe conocer el sector y sus entresijos ya que cada sector tiene sus peculiaridades en cuanto a la gestión de nóminas y otros aspectos.
El objetivo es facilitar el trabajo al empresario de manera que es mejor que el asesor fiscal que vayas a contratar no subcontrate otros servicios al exterior o que tras la época del IVA la empresa se quede a cargo de los becarios que no son capaces de solventar un problema o que piden constantemente papeles al empresario.
El asesor fiscal que se contrate debe involucrarse con la empresa y ofrecer asesoramiento en todo momento y capaz de gestionar varias de sus empresas.