Ésta es una de las preguntas que muchos autónomos se preguntan. Si en el 2011 los autónomos tenían una retención en sus facturas de un 15% en 2014 cerraban el año con un porcentaje de 21%, un 6% más que les reduce considerablemente la liquidez en sus negocios. La subida de las retenciones que se aprobó en 2012, donde se pasó de un 15% a un 21% era de carácter temporal, por lo que sólo debía durar entre 2012 y 2013, pero su efecto se ha alargado hasta finales de 2014. Para ayudar a las empresas a crecer y ofrecerles mayores posibilidades el Gobierno ha propuesto bajar el IRPF en 2015.
Y sí, parece que bajará más de lo que se esperaba con la nueva Reforma Fiscal que se pondrá en marcha en enero de 2015. Se especulaba que en el 2015 la retención sería de un 20% y en 2016 de un 19%. Pero lo cierto es que a partir de enero de este año el tipo de retención del IRPF que estaba en un 21% se reducirá a un 19% (más reducción de la prevista) y bajará hasta el 18% en el año 2016.
Así pues todos aquellos autónomos obligados a tener retenciones en sus facturas (casi la mitad de los trabajadores autónomos) podrán disfrutar de esta reducción en el IRPF. Esta reducción del IRPF implica que los trabajadores autónomos adelanten menos volumen de sus ingresos a la Agencia Tributaria, por lo que tendrán mayor liquidez. También se podrán beneficiar de la rebaja de tipos y tramos en el IRPF.
Otras de las medidas que se han adoptado es dar mayores facilidades a aquellos autónomos con menos recursos. Así los trabajadores con rentas menores a 15.000€ pagarán un tipo reducido del 15% desde que se aprobara esta medida en julio del 2014, que se puso en vigor de forma inmediata.
No nos cabe duda de que las medidas tomadas por el Gobierno son positivas para los trabajadores autónomos, pero todavía distan mucho de la situación que se tenía a comienzos del 2011, es decir, todavía quedan muchas medidas que tomar para que los autónomos puedan tomarse un respiro.