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11 Mar

Cómo y cuándo cambiar de asesoría fiscal

Contar con una asesoría fiscal que nos ayude a optimizar la carga fiscal es crucial. No sólo para poder pagar la cantidad mínima dentro de la legalidad, también para ahorrarnos el tiempo de dedicación que nos supondría hacerlo nosotros mismos.

No obstante, este servicio debe suponer una tranquilidad, además de contar con un precio acorde a la prestación que recibimos. Si sientes que no te tratan con el mimo que mereces o que no te ofrecen todos los servicios que necesitas, sigue leyendo, vamos a analizar los pasos para cambiar de asesoría fiscal.

Motivos para cambiarse de asesoría

El primer motivo para plantearse el cambio es la inadecuada relación entre la calidad de los servicios que recibes y su precio. No mantengas servicios que no necesitas, ni tampoco pagues precios elevados por servicios deficientes.

Otro motivo fundamental es la falta de confianza debido a las malas actuaciones de tu asesoría. Cuando pones la fiscalidad de tu empresa en manos de una asesoría, debes poder despreocuparte, estar convencido de que dominan la materia y de que sus actuaciones y recomendaciones son lo mejor para ti. Si te has llevado alguna sorpresa en forma de aumento de una cuantía o la aparición de alguna sanción por incumplimiento de algún pago que creías bajo el control de tu asesoría, es posible que ya hayas recibido la primera señal para el cambio.

Un aumento de precios desproporcionado, desajustado al servicio que vienes recibiendo, puede funcionar de recordatorio para que compruebes en qué precios se mueve el mercado. Tal vez llevas mucho tiempo sin comparar precios. No pagues más por lo mismo simplemente por falta de información.

La puntualidad es una característica fundamental en el mundo empresarial. No tienes que soportar retrasos en las gestiones de tu asesoría. Piensa que los impuestos establecen una temporalidad rígida, cuyo incumplimiento lleva asociado sanciones.

Si en alguna ocasión te has enterado antes por un amigo, que por tu asesor de alguna novedad de tu sector, tu asesoría está mal informada. También es motivo de cambio el percibir una falta de interés en tu negocio, tu asesor debe preocuparse del devenir de tu empresa.

Por último, si se te ha dado el caso de incurrir en una falta grave ante un impuesto, definitivamente, tienes que cambiar de asesoría fiscal.

¿Cómo elegir el momento idóneo para cambiarse?

Si estás decidido a hacer el cambio pero te preocupa cuándo dar el paso, el principio del año fiscal es la época más adecuada para realizarlo, ya que, de este modo, el mismo gestor llevará todas las cuentas del ejercicio. Fuera del inicio del año fiscal, recomendamos efectuar el cambio al inicio de un trimestre, y procurar no llevarlo a cabo en meses en que deban presentarse impuestos, para evitar retrasos en el pago. Sin embargo, esto no es un impedimento, puedes realizar el cambio en cualquier otro momento.

¿Qué valorar en una nueva asesoría?

Si nos hemos decidido a cambiar, es importante que la nueva elección se ajuste a nuestras necesidades. En primer lugar, trata de evitar aquellas asesorías que te propongan contratos complicados. Una asesoría transparente, nos presentará contratos claros, en los que no tengamos dudas sobre lo que incluye y lo que no.

Asegúrate de que la asesoría que eliges domina los incentivos fiscales y es capaz de aplicarlos satisfactoriamente.

Otro aspecto a tener en cuenta es su capacidad de crecimiento, para asegurarnos de que pueden adaptarse a la expansión de nuestro negocio.

A día de hoy es impensable trabajar con una asesoría que no nos preste un servicio tecnológico. Existen herramientas que permiten ahorrar tiempo, así que prescinde de aquellas asesorías que todavía utilicen métodos tradicionales en exclusiva.

Cuando estás ante una empresa que está segura de que puede darte un buen servicio, te ofrecerá un contrato sin permanencias. No necesitas atarte para acceder a una buena asistencia, y, además, te resultará más fácil realizar el cambio si sabes que puedes volver a cambiar en cualquier momento, si no estás satisfecho.

Por último, recibir un trato amable por parte de tus asesores siempre es un plus, no cuesta nada y facilita la colaboración. Decántate por aquella asesoría que cuide este aspecto.

¿Cómo hacer el cambio de asesoría?

A pesar de que realizar un cambio de estas características puede parecer tedioso, en realidad el cambio es sencillo. Una vez que hayamos localizado una asesoría que cumpla nuestras exigencias y reúna los requisitos que buscamos, sólo tendremos que notificárselo a nuestra asesoría y será ella la que traslade la documentación a la nueva asesoría, quien, una vez reciba la documentación, se ocupará de lo necesario.

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